Le Journal du Dimanche: Le Père de Chagall rentre chez lui

Tras 60 años de persecución, por fin podrá escribir sobre un cuadro de Marc Chagall robado por los nazis

Par Pascal Ceaux 15h25 , le 7 février 2022

Le Père " (1911), Marc Chagall.

MNAM-CCI/RMN-GRAND PALAIS/PHILIPPE MIGEAT/ADAGP

"El padre", un cuadro de Marc Chagall, fue entregado por los nazis a su tío abuelo judío. Gracias a una ley votada en enero en la Asamblea y adoptada poco después por el Senado, Orna recuperará esta obra.

Cuando se habla del Padre pintado en 1911 por Marc Chagall, Orna a veces se equivoca. Este cuadro sólo lo entendió en 2015. Un golpe de teléfono y varios correos electrónicos le informan de que es la heredera legal del retrato que los nazis le hicieron a su tío abuelo en 1940 en Lodz (Polonia). En un momento se sumerge en su memoria de niño en medio de una extraordinaria historia.

"J'avais l'impression de vivre une légende", dit-elle aujourd'hui pour évoquer ce "miracle" surgi du passé, si loin, si près. Pour elle, David Cender était d'abord une sorte de vieux tonton avare de confidences, mais au rituel affectueux. "Il portait un chapeau et, chaque fois qu'il nous rendait visite, il me le faisait essayer, se souvient-elle. J'avais 11 ans quand il est mort en 1966, et il ne parlait jamais de la toile dérobée, c'était un homme silencieux".

En la familia, como muchos otros supervivientes, no se habla del Holocausto. David Cender perdió a su mujer y a su hija en Auschwitz, así como a su madre y a sus dos hijas. Otros padres murieron en los campos de exterminio o en el gueto de Lodz. Algunos pudieron ser salvados, el padre y el tío de Orna, en Francia, por dos familias que en Burdeos y en Charente-Maritime acogieron y ayudaron a los perseguidos. Se sabe que el tío abuelo fue coleccionista, pero eso es casi todo.

Sin embargo, ya hace años que intenta renunciar a su filiación con su Chagall, magnífico vestigio de tiempos felices. Para él, todo empezó en 1928, cuando compró la tela en Varsovie. "Comprendo su elección, explica Orna, porque era un retrato muy hermoso que representaba magníficamente la vida joven tal y como era antes de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial".

" C'était un très belle portrait qui représentait la vie juive telle qu'elle était avant "

En 1959, Cender se hace cargo de la comisión creada en Alemania para restituir los objetos de arte de los judíos. En respuesta a su petición, presentó varios testimonios que demostraban su buena fe. Los testigos afirman bajo juramento haber visto la obra ampliada en su casa. No fue hasta 1972, seis años después de su muerte, cuando se reconoció oficialmente el expolio. Por otra parte, se informó al poseedor de la toalla. Se trata de... ¡Marc Chagall!

Después de la guerra, el pintor recuperó este cuadro al que estaba particularmente apegado, ya que había sido víctima de unas condiciones misteriosas durante el desmantelamiento de su taller parisino en 1914. Según los especialistas, el hombre representado podría estar inspirado en el propio padre del pintor. Participó en varias exposiciones en las que aparecía como colección privada. Tras la muerte del artista en 1985, Le Père se depositó en el Museo de Arte Moderno de Beaubourg junto con otras 45 pinturas, 406 dibujos, gouaches y libros. Después se expuso en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo de París.

La muerte de David Cender ha interrumpido las investigaciones familiares. En 2012 llega un nuevo actor a este escenario de reencuentros. Mondex es una empresa canadiense especializada en la investigación de obras de arte expoliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Su fundador, James Palmer, apoyado por la abogada parisina Mélina Wolman, se refiere al expediente Cender. "Solicitamos ayuda a los británicos en Israel y nos dimos cuenta de que sabían muy poco", afirma Palmer.

Tras diez meses de investigación, se ha descubierto un último punto oscuro. Había una controversia en torno a la datación del Padre, que suscitaba una duda. 1911? 1912? ¿Hubo dos pinturas distintas? La propiedad de David Cender está finalmente confirmada, ya que una de las investigadoras de Mondex conoce perfectamente el cuadro y ha facilitado su localización: trabajó en Beaubourg cuando se expuso y lo mostró a los visitantes.

Se han entablado negociaciones con el Gobierno francés, que apoya el principio de devolución al propietario legítimo. Pero la ley obliga a que toda restitución de un cuadro perteneciente a colecciones nacionales sea confirmada por un voto del Parlamento. La Asamblea Nacional votó en este sentido en enero y el Senado debe pronunciarse el 15 de febrero. No cabe duda de que esto apoyará la decisión de los diputados. Además, Orna podrá encontrar a su padre, para ella una figura auténtica de un mundo desaparecido. "J'apprécie l'attitude du gouvernement français, qui s'est montré très ouvert, dit-elle, et c'est une victoire de la justice et de la dignité et pour le respect des victimes."

La heredera aún no sabe lo que quiere de su herencia. Todas las opciones están abiertas. Podría organizarse una ceremonia de restitución en París, donde Orna querría ver a los miembros de las familias francesas que, en Burdeos y Charente-Maritime, salvaron a los niños. Cette porteuse d'une si douloureuse mémoire n'a qu'un seul et unique regret. "J'aurais tant aimé que ce soit mon grand-oncle, David Cender, qui obtienne ce résultat avant son décès".